En aquel entonces lo de “tener web” era más una moda que una necesidad real a la que se sumaban alegremente muchas empresas sin saber muy bien para qué servía aquello ni qué usos reales le podían dar (más allá de colocar la dirección web en las tarjetas de visita).

Algunas de las frases más acuñadas en esa época eran “Si no estás en internet no existes” o “Internet es el futuro”. La realidad es que Internet ya hace mucho tiempo que es el presente y las empresas españolas se ha ido concienciando poco a poco de la necesidad de tener abierto este canal de comunicación con los clientes. Una web es una ventana que acerca a nuestra empresa al mundo digital, un mundo vasto y lleno de oportunidades. Las redes sociales son solo una de las últimas incorporaciones a este mundo y su funcionalidad se puede integrar a la perfección en cualquier página web de hoy en día. Hoy la frase de moda es “Si no estás en Facebook no existes”.

La coyuntura económica actual ha propiciado que muchas PYMEs y MicroPymes se hayan visto en la necesidad de reinventarse para poder sobrevivir. Con los recortes presupuestarios cebándose sobre las acciones publicitarias convencionales (prensa, radio, televisión) se ha puesto el punto de mira en la publicidad online dado que su coste de desarrollo e implantación es bastante asequible y los resultados y efectividad son medibles 100%.

¿Cómo empezar con la publicidad online?

Lo más importante en contar con una buena base, en este caso con una buena página web. Nuestra presencia en la red debe transmitir los valores de la empresa en un entorno visualmente atractivo y sencillo de navegar. De nada sirve gastar miles de euros en publicidad online si cuando las visitas lleguen a nuestro sitio les damos una mala imagen, no explicamos bien nuestros servicios, no presentamos adecuadamente los productos o simplemente no transmitimos confianza. Por lo tanto, lo primero que debemos plantearnos antes de invertir en publicidad online es si nuestra web está adecuada a los estándares de diseño actual.

Lo siguiente será comprobar que tenemos claramente definido el objetivo que queremos conseguir cuando un visitante aterriza en nuestro sitio. No es lo mismo una web corporativa con la que solo pretendemos indicar los servicios y la ubicación de nuestras oficinas que un comercio online que principalmente busca vender sus productos. Dependiendo del tipo de web y del tipo de actividad se pueden establecer los siguientes objetivos:

  • Que el visitante nos llame por télefono
  • Que el visitante nos envíe un email
  • Que el visitante se suscriba a nuestro boletín de noticias
  • Que el visitante se registre en la web como usuario
  • Que el visitante realice una compra

Estos son solo algunos de los objetivos más usuales pero puede haber muchos más en función de nuestras necesidades y pretensiones comerciales.

Ya tengo una web adecuada y mis objetivos definidos ¿ahora qué?

Existen varias formas de empezar a atraer visitantes a nuestra página web. Tenemos a nuestra disposición los medios habituales impresos y audiovisuales, aunque ya hemos comentado que pueden salirse del presupuesto, son menos efectivos y sus resultados resultan difíciles de cuantificar.

Si nos centramos en los canales online nos encontramos con las siguientes disciplinas:

  • SEM (Search Engine Marketing): Esta sería la publicidad online más convencional. Consiste en colocar anuncios de texto y banners gráficos en diferentes sitios web que consideramos que pueden atraer clicks de clientes potenciales para nuestra web. El máximo exponente en España (y en el mundo) de este tipo de publicidad es Google Adwords, un sistema publicitario por el cual podemos destacar en los resultados de búsqueda del gigante de Mountain View y atraer visitas por un módico precio por click (dependiendo de nuestro nicho y competencia). Este tipo de publicidad tiene la ventaja de conseguir resultados desde el primer día, aunque puede conllevar unos gastos elevados y desarrolla una dependencia de la misma que puede resultar frustrante.
  • SMM (Social Media Marketing): El marketing en redes sociales es ya una realidad de la que muchas empresas quieren sacar provecho. Usar este canal de comunicación directa con los clientes representa una oportunidad única para que las empresas crezcan aprovechando el feedback que ofrecen las diferentes plataformas sociales. El desconocimiento de este medio por parte de las empresas y la escasez de profesionales realmente preparados son el mayor lastre de este tipo de comunicación. Además es muy difícil obtener resultados medibles en términos económicos a corto plazo, por lo que muchos arrojan la toalla apenas han empezado.
  • SEO (Search Engine Optimization): El posicionamiento en buscadores es desde hace más de 10 años, una de la técnicas de marketing online más empleadas y que mejores resultados a medio plazo ofrece. Es precisamente este largo recorrido en el tiempo lo que le ha permitido al SEO haber evolucionado y reinventarse así mismo varias veces para adaptarse a los cambiantes buscadores.
Diferencia entre SEO y SEM

El posicionamiento web combina técnicas de programación y de promoción tanto on site (dentro de la propia web) como off site (en otros sitios web) para mejorar el ranking de la página dentro de las SERPs (páginas de resultados de los motores de búsqueda).

Siendo Google el buscador que usamos el 98% de los españoles, el SEO actual se centra sobre todo en destacar nuestra página web en lo más arriba de los resultados cuando un cliente potencial realice una búsqueda sobre alguno de nuestros productos o servicios destacados o sobre nuestra propia marca (reputación online).

¿Qué acciones concretas contempla una estrategia SEO?

Dentro de las acciones que se realizan sobre nuestra web, la empresa o el profesional SEO que gestione nuestro proyecto nos comunicará los cambios a realizar en nuestra página web. El SEO es un traje a medida que se adapta a cada caso en función de unas necesidades específicas derivadas entre otros factores de:

  • El nicho.
  • La competencia.
  • Las palabras clave por las que queremos aparecer cuando alguien busque en Google.
  • La estructura de la web.
  • La usabilidad (facilidad para navegar por los menús y secciones).
  • La convertibilidad (la capacidad de la web para conseguir los objetivos marcados: registros, compras, etc..).
  • Los contenidos, cantidad, calidad y frecuencia de actualización.
  • La antigüedad del dominio.
  • Las acciones SEM y SMM paralelas que se puedan estar realizando.

Tras haber optimizado el sitio web para cumplir con las principales directrices de Google y adecuar los contenidos tanto a motores de búsqueda como a usuarios, la maquinaria SEO comienza a funcionar para aumentar la relevancia de la web y de esta manera mejorar las posiciones en los resultados.

¿Cómo se incrementa la relevancia de un sitio web?

Cada vez que alguien menciona nuestra web en otra página, cada vez que un usuario nos enlaza recomendando nuestros productos o servicios, cada vez que alguien hace click en un “me gusta” o retuitea uno de nuestros artículos, esto cuenta para Google como un voto de confianza hacia nuestra web. Cuantos más votos y de más calidad (dada por la propia relevancia de las webs o las personas que nos votan), más posiciones escalará nuestra web en los resultados de Google.

¿En qué puede ayudar el SEO a mi empresa?

La mejora de posiciones en los resultados de Google tiene un beneficio directo que es el aumento de visitas hacia nuestra web. Un proyecto SEO serio debe aspirar a colocar nuestra web al menos en la primera página de resultados, ya que en segunda página apenas conseguiremos visibilidad. Dentro de esas 10 primeras posiciones, cada subida de puesto implicará un incremento en las visitas.

Además, si la empresa o el profesional SEO que nos asesora ha elegido bien las palabras clave por las que debemos aparecerle a los usuarios, las visitas que nos lleguen serán de calidad, esto es, que serán usuarios realmente interesados en nuestros productos y servicios y por tanto proclives a realizar una de las acciones que hayamos marcado previamente como objetivos.

Por tanto, cuantas más visitas, más posibilidades de conseguir nuestros objetivos.

SEO, ¿Gasto o Inversión?

Ya hemos comentado que el SEO es una inversión en el marketing online de nuestra empresa que nos dará sus beneficios a medio plazo. Dependiendo del nicho y la competencia, puede ofrecer resultados más tempranos; cada caso es único pero generalizando, podemos decir que en la mayoría de las webs se pueden observar las mejoras en plazos de 1 a 3 meses y los más complejos de 3 a 6 meses.

El ROI (retorno de inversión) en SEO viene dado por lo que nos gastamos mensualmente en mantener el servicio de posicionamiento y los beneficios que nos generan sus efectos. Esto es fácilmente cuantificable mediante herramientas de análisis web tan potentes y avanzadas como Google Analytics. Es parte de la labor del SEO usar herramientas como ésta para medir el rendimiento de la web y el comportamiento de los usuarios una vez dentro.

Con estos datos en la mano se pueden seguir mejorando las acciones a llevar a cabo y optimizar la estrategia para obtener el máximo rendimiento. Además es posible etiquetar los objetivos que nos marcamos al principio para acceder a valores tan útiles como la tasa de conversión, que nos indicará el porcentaje de usuarios que acaban realizando alguna de las acciones que nosotros especificamos.

El trabajo SEO no es puntual sino que se convierte en una parte crucial de la estrategia de comunicación de la empresa y le acompañará durante toda su vida activa en la web.

Se puede pensar en el SEO como en la gasolina de nuestro coche. Hay gasolinas mejores que otras, con más aditivos o que ofrecen mejores prestaciones, lo que está claro es que necesitaremos tener siempre lleno el depósito para seguir en la carrera por posicionar nuestra web en los buscadores. Como es lógico cuanto mejor sea el vehículo (la página web) más aprovecharemos las virtudes del combustible.

¿Por dónde empezar?

Lo más indicado es tener conciencia del estado actual del posicionamiento de nuestro sitio. Conocer las fortalezas o debilidades de nuestra web, tanto a nivel interno como de relevancia externa. Para esta tarea se hace imprescindible contar con un informe de marketing online que nos presente la situación y nos dé algunas pistas sobre cuál podría ser nuestro plan de actuación y el margen de mejora al que podemos aspirar.

Empresas como Webpositer ponemos gratuitamente a disposición de todo aquel que lo solicite un completo informe SEO que analiza más de 63 variables del sitio web para ofrecer un detallado resumen del posicionamiento actual de una web y una lista de acciones preliminares que se podrían realizar para empezar a mejorar. Se puede solicitar en www.webpositer.com/informe y en menos de 24 horas se recibe cómodamente por email presentado en un atractivo PDF con gráficas y todos los datos de interés para empezar a trabajar el SEO de una web.

Una recomendación importante a la hora de contratar una agencia o un profesional SEO es la de comparar y pedir varios presupuestos antes de decidirse. Como norma general es mejor desconfiar del que ofrezca resultados inmediatos a precios muy bajos, el bueno, bonito y barato en SEO no existe.

Un buen trabajo de posicionamiento requiere tiempo y dedicación. Es también recomendable ver casos de éxito y testimonios de otros clientes que hayan trabajado con la empresa; ésta es, sin duda, la mejor carta de presentación de un profesional.

En definitiva, si nos interesa empezar a sacar partido a la presencia de nuestra empresa en Internet y aprovechar todas las ventajas que ofrece este canal de comunicación, se hace imprescindible empezar a pensar en cómo posicionarnos en Google y definir una estrategia SEO que nos permita encarar el futuro online de nuestra web con confianza y con unos objetivos claros y definidos.

Artículo redactado para la revista del Grupo Asesor ADADE.